El puente mayor,
conocido popularmente como puente de piedra, es una construcción de
finales del siglo XII y principios del S. XIII tal como lo vemos hoy
día. Posteriormente, y a lo largo de los siglos, ha conocido múltiples
reparaciones y consolidaciones e incluso una ampliación (los denominados
“cinco pilares”). Varios autores han señalado en distintos momentos su
estado de deterioro (Gómez Moreno a principios del S. XX, Navarro
Talegón en los años 70, Luis Vasallo Toranzo en los años 90). Parecía
que la situación cambiaría con la incoación del expediente para su
declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), allá por el año 1980 (BOE,
4 de enero de 1980). Han pasado más de 28 años y el expediente sigue
durmiendo en un cajón el sueño de los justos. Finalmente la Fundación
del Patrimonio Histórico de Castilla y León ha aprobado en su reunión
del 9 de junio la restauración del puente. Esperemos que con su
intervención salven esta deteriorada joya de la arquitectura civil.
Reproducimos a
continuación una carta enviada al periódico La Opinión-El Correo de
Zamora en marzo de 2005. La situación descrita, hace más de tres años,
sigue vigente en la actualidad.
¿Qué pensarían los ciudadanos de esta
noble e histórica ciudad, si a la Colegiata de Santa Maria la Mayor o a
cualquier otro emblemático monumento, les hubieran desmontado decenas de
sus piedras centenarias y con el paso de casi tres décadas aún no se las
hubieran restituido?
Esos años han pasado desde que
se desmontaran los pretiles del puente, llamado indebidamente romano y
que permanece olvidado, sumido en un silencio de muerte, con una
peligrosa y vergonzosa alambrada, deteriorada por el tiempo.
Bochornoso panorama para los que
solemos pasearlo con nostalgia, pero mucho peor es acercarse con
algún amigo y/o familiar que regresa a esta hermosa ciudad, de
año en año y lo encuentra cada vez más desnudo de sillares, más
agrietado, más viejo…
Estoy completamente segura que, de
estar en otra ciudad de Castilla, sus gentes se habrían
movilizado hace años, exigiendo su restauración. Estaría
iluminado y adecuada su peatonalización para disfrute de todos.
Y seria hermoso que los que nos visitan pudieran contemplar la
ciudad en toda su plenitud, pues al atardecer ofrece una imagen
inolvidable.
¿Realmente nos
importa algo nuestra ciudad? ¿O solamente salir “perfectos” en
la foto? Pues bien, señores, háganse la foto allí abajo, que
desde arriba no se observa su vergonzoso estado, lleven a los
que manejan los erarios públicos (Junta de Castilla y León,
Diputación, etc.) a ver el desolador panorama, la herida de
muerte que soporta nuestro centenario puente. Y …“háganse la
foto”.
Exigimos una restauración digna,
coherente y urgente, tal y como corresponde a la nobleza de esas
piedras, que han visto tantos avatares de nuestra Historia, de
la historia de la Ciudad de Las Leyes. Creo que seria bueno
hacer una plataforma ciudadana a favor del puente de piedra de
Toro.