CARTA AL POETA MUERTO PERO NO OLVIDADO

Natividad de la Torre de la Fuente

Por ti, hablará por ti, mi pluma en el blanco y suave papel.

Escribiré en él lo que el corazón me dicte y lo que el alma y la pluma me exijan.

A vosotros que dejasteis un día, un mal día esa palabra por escribir, esos puntos suspensivos en esa hoja de papel ya no tan blanca.

Nadie nos pudo privar de esos bellos versos de amor, de esas prosas maravillosas que al leerlas nos invitan a recorrer esos lugares y paisajes.

A vosotros, esos poetas muertos pero no olvidados, allá donde os encontréis os dedico con mi puño cerrado, abrazando esta pluma, mi humilde carta.

Al escuchar la carta

llora el poeta.

No se calló la pluma

sigue su senda.

Las palabras habladas

las lleva el viento.

Las que están aquí escritas

yo las conservo.

Una lágrima resbala

por el rostro del poeta

humedece el pergamino

emborronada la letra.

Al secarse se da cuenta

un sentimiento ha plasmado

Con la tinta se dibuja

un corazón solitario

¿Qué me dice mi madre?

¿Qué escribe el poeta?

En sus noches tristes

en sus horas muertas

esas cosas bellas

de amor y tristeza

Oda a los paisajes

y naturaleza

Y durmió el poeta

con su nostalgia

y sensible pensar

escrito estaba

Poesía en sus versos

la prosa que juega

palabras que bailan

en su mano muerta.

EL HOMBRE PUEDE QUE MUERA, EL POETA NUNCA.