AÑO 2.009

 

EDICIÓN DIGITAL


REVISTA Nº 5.     AÑO 2009

LA ASOCIACIÓN

LA CULTURA Y EL VOLUNTARIADO

ACTIVIDADES DE LA ASOCIACIÓN

DE LO NUESTRO

HACER DE TORO LA BARCELONA DE CASTILLA. ACERCA DE LAS PROHIBICIONES DEL CARNAVAL EN TORO EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVIII

IGLESIA-MUSEO DE SAN SEBASTIÁN DE LOS CABALLEROS

PRIMEROS RECUERDOS DE TORO

DE LO DE TODOS

 FIGURA Y GENIO DE ROCINANTE
LAS GUERRAS DE LOS ROMANOS CONTRA LOS SAMNITAS (I).
MITOGRAFÍA COMPARADA: LOS ORÍGENES DE ROMA
LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS O LA IMPOSIBLE ASIMILACIÓN SOCIAL Y CULTURAL DE UNA MINORÍA
UNA BUENA LEY
FLAMENCO. ENTRE LA TRADICIÓN Y LA RENOVACIÓN

EL RINCÓN DE LA LITERATURA

EL MUNDO COMPLEJO DEL VINO
EL OCASO DE UN TRABAJO
ILUSO SUEÑO
EL RINCÓN DE LA FOTOGRAFÍA
EL RÍO, EL AGUA, LA VIDA

LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS O LA IMPOSIBLE

ASIMILACIÓN SOCIAL Y CULTURAL DE UNA MINORÍA

 

Fernando Ruiz González

 

Introducción

El adagio de que España siempre lleva un retraso de 50 ó 100 años respecto a Europa, parece que se cumple de modo implacable en la solución del asunto de sus minorías religiosas: Judíos y Moriscos. En el caso de los judíos, primero recogemos durante el S. XIV a todos los judíos expulsados del resto de Europa y, cuando en el resto de Europa nadie se acuerda de la existencia de los judíos, procedemos a expulsarlos a finales del S. XV. Con los moriscos pasó algo parecido. Después de que en Augsburgo en 1555 se determinó el principio político del Estado moderno “cuius regio, eius religio”, en España o Reinos Hispanos tardan nada menos que 54 años en llevarlo a la práctica.

El problema del retraso cronológico se complicó, a nivel político e ideológico, con la conocida como Leyenda Negra. En el momento de la expulsión de los moriscos, España era un Imperio, la primera potencia mundial. Y ya sabemos las envidias y las consiguientes críticas que ello conlleva de las potencias emergentes (Inglaterra, Francia, Holanda) que desean suplantar a la potencia hegemónica. Su crítica y propaganda política es la conocida actualmente como Leyenda Negra. Para hacernos una idea de los argumentos utilizados podemos comparar esta situación con las críticas, mofas y difamaciones que en estos últimos años se han arrojado contra George Bush. Pues bien, comparando con lo que se lanzó contra Felipe II (invertido, degenerado, idiotizado, cruel, violento, sediento de sangre, etc.), los detractores y calumniadores del presidente norteamericano son bastante contenidos y hasta casi educados. 

Los moriscos

            En 1501 y 1502 después de un proselitismo poco intenso y casi nunca coactivo, tuvo lugar la conversión y bautismo de los mudéjares de Castilla. Lo hicieron obligados por la durísima alternativa de convertirse o marcharse. Esta decisión se tomó como consecuencia de de la revuelta de los musulmanes granadinos de 1500-1501, en la que los mudéjares castellanos no tuvieron arte ni parte. La polémica sobre si el bautismo de los mudéjares fue sincero, interesado o coactivo no tiene fin y es insoluble en sí misma.

Cuadro de texto: Bautismo de moriscas. Talla de Vigarny en la Catedral de  Granada

            Toda una corriente historiográfica ha hecho casus belli de la intolerancia racial y religiosa de los españoles. Además para ennegrecer más este panorama suelen contraponer dicha intolerancia con un imaginario clima de idílica convivencia en el reino Nazarí, e incluso en la Castilla anterior al S. XIV. En esa idílica visión hay unos adarmes de verdad y muchos quintales de exageración y falsedad. La convivencia en la Granada nazarí es un mito, puesto que allí no había más comunidad que la islámica; los judíos eran residuales y mal considerados y los cristianos se reducían a unos miles de esclavos y cautivos. En todo caso, no consta ni histórica ni arqueológicamente que hubiera ninguna iglesia o sinagoga. Por tanto, la convivencia no era buena, regular o mala; simplemente, no existía tal convivencia. En cuanto a los monarcas cristianos, a partir del S. XIII, el dominio feudal sobre los reinos de taifas, más la posesión de carácter poco menos que servil de las aljamas judías, es lo que querían expresar títulos rimbombantes como soberano de las tres religiones.

            El sentir de la sociedad de la época era la permanencia de los naturales (los moriscos), pero convertidos, no formando un gueto, una minoría inasimilable, un cuerpo extraño. Se ensayaron procedimientos de blandura y de rigor; la catequización y el apremio. Y la lamentable historia con sus incidentes y altibajos, se prolongó más de un siglo, constituyendo uno de los peores episodios de nuestra historia. Cabe preguntarse por qué, a diferencia de los judíos que en 1492 eligieron mayoritariamente el exilio, los mudéjares aceptaron masivamente el bautismo. Todo se precipitó y a continuación se prohibió la presencia de musulmanes en el reino de Granada, en 1516 en el reino de Navarra, en 1521 en el reino de Valencia, como consecuencia de las Germanías, y finalmente, en Aragón y Cataluña en 1526. Tras la revuelta de las Alpujarras los granadinos fueron dispersados por toda Castilla (1575). En calidad de moriscos o cristianos nuevos permanecieron hasta la expulsión general de 1609-1614.

            Expulsión de los moriscos

           

Región

Población

Moriscos expulsados

%

Castilla y Extremadura

2.850.000

44.625

1,56

Andalucía

1.067.000

31.965

2,99

Murcia

115.000

13.552

11,78

Corona de Castilla

5.598.000

90.142

1,61

Aragón

322.000

60.818

18,85

Cataluña

364.000

3.716

1,02

Valencia

435.000

117.464

26,77

Corona de Aragón

1.121.000

181.998

16,23

Total España

6.719.000

272.140

4,05

 

            Las consecuencias económicas también han sido debatidas intensamente y utilizadas demagógicamente para explicar el atraso español y la decadencia del S. XVII. En este siglo no existía una “economía española”, sino una serie de dinámicas regionales con comportamientos demográficos y económico-monetarios bastante anárquicos e independientes. A su vez, las sucesivas bancarrotas del Conde-Duque de Olivares arruinaron principalmente la Corona de Castilla y, cuando a fines del S. XVII comenzó la recuperación económica, se inició precisamente por las zonas donde la presencia morisca era mayor.

            La expulsión de los moriscos fue, sobre todo y ante todo, un drama humano de un calibre difícilmente imaginable. Como ejemplo señalar que en el murciano Valle de Ricote se produjeron suicidios, autolesiones, incendios de cosechas e inmuebles, casos de muchachas jóvenes que se casaban con ancianos o que ingresaban como novicias para huir del incierto futuro de una  vida en un país musulmán. La desesperación se visualizó en “grandes procesiones y grandes disciplinas”.

 

            Conclusiones

            Desde la Guerra de las Alpujarras (1568-1571) llegaban continuamente al Rey y sus consejeros innumerables manifiestos y memorandos de todo tipo de personas e instituciones pidiendo la expulsión de los moriscos, basándose y recordando que los moriscos alpujarreños habían derrotado a tres ejércitos y que fue necesario recurrir a los Tercios de Flandes y de Lombardía para poderlos derrotar. También se recordaba las innumerables veces que los moriscos habían colaborado con los turcos y berberiscos en los ataques a las costas y tierra adentro (Tabernas, Guadix, Gádor, etc.).

            Además  de la prohibición de que los moriscos pudieran vivir o viajar a menos de 20 kms. de las costas y que portaran armas, se realizaron continuos registros de los pueblos moriscos en busca y requisa de armas e informaciones sobre turcos, franceses y berberiscos. El miedo de las autoridades queda de manifiesto en el secretismo, las precauciones y el largo período de tiempo para la expulsión. Antes de hacer público el decreto se habían traído en secreto a los Tercios de Nápoles y del Franco Condado y se había reunido en Valencia una gran flota.

            La distancia de cuatro siglos nos permite una mirada más serena y desapasionada de los que vivieron aquellos hechos, pero aún así no es posible evitar cierta tristeza cuando nos asomamos a los innumerables testimonios literarios e historiográficos que relatan el jolgorio y la alegría de la expulsión, mientras que las referencias de solidaridad con los expulsados fueron mínimas.

            Sobre el insoluble tema de la sinceridad o no de las conversiones de los moriscos, sólo podemos decir que la mayoría de ellos intentaron establecerse en países de Occidente o cristianos (Francia, Italia) y que incluso los que se establecieron en el Imperio Turco, lo hicieron en zonas de población cristiana (Grecia, Croacia, Chipre, Bulgaria). Hubo, sin embargo, una excepción, los cerca de 800 que se establecieron en el sur de Marruecos y crearon un estado pirata que provocó muchos daños al comercio y las costas españolas hasta que fue arrasado por la Armada española finales de siglo.

 

PARA SABER MÁS

- ARANDA DONCEL, J.: Los moriscos en tierras de Córdoba. Córdoba, 1984.

- BENÍTEZ, R.: Felipe II y los moriscos. El intento decisivo de asimilación 1559-68. Estudios de Historia de Valencia. Valencia, 1978.

- BORONAT y BARRACHINA, P.: Los moriscos y su expulsión. Valencia, 1901. Dos tomos.

- CARO BAROJA, J.: Los moriscos del reino de Granada. Madrid, 1975.

- DANVILA Y COLLADO, M.: La expulsión de los moriscos españoles. Madrid, 1889.

-DOMÍNGUEZ ORTIZ, A.: “Notas para una sociología de los moriscos españoles”, en MEAH, 11, Madrid, 1962.

- DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. y VICENT, B.: Historia de los moriscos. Vida y tragedia de una minoría. Madrid, 1978.

- LADERO QUESADA, M.A.: Los mudéjares de Castilla en tiempos de Isabel I. Valladolid, 1969.

- LAPEYRE, H.: Géographie de L’Espagne morisque. París, 1959.