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ILUSO SUEÑO Lorenzo Martín Domínguez
Queda una estela de espuma, del barco que se va, y mi pensamiento vuela, al horizonte de alta mar.
Pienso en lejanas tierras, las que nunca soñé pisar, en sus lenguas y costumbres, en su forma de pensar.
Mi sueño quisiera ser, lo deseo con todo afán, que esas costumbres de unos, salvajes y fanáticas sin par, encontrasen el camino, que les lleve a la hermandad.
Hermandad en todos pueblos, del uno al otro litoral, en todas las partes del mundo, con hermosa igualdad.
Mas, este “ILUSO” sueño, otro nombre no le puedo dar, ya que los odios imperan, en nuestra propia sociedad.
Las guerras, luchas y odios, que nos llevan cual vendaval, zarandeándose igual que espigas, movidas por huracán, convirtiendo a nuestros seres, en máquinas de matar.
¡Oh, matar!, que gran insensatez, vuelve tu vista atrás, ¿qué ves? regueros de sangre que un día el sueño te ha de quitar.
Justicia Divina, si existes, ¿por qué permites tal maldad?, en hombres de una misma raza, su sangre derramar, y no les quitas el odio de sus mentes, en tal lucha sin par.
Hombres necios y rudos, sin conciencia ni moral, alzad vuestra mirada al cielo y un momento meditad.
¿Qué es esta vida comparada, con la que espera al más allá? ¡puro sueño en pesadilla, de esta cruda realidad!
Iluso es el hombre que piensa, que no hay nada más allá, y obcecado en esta idea, aferrándose a su incredulidad, comete el más grande disparate, que después no podrá enmendar.
Pierde su paz de espíritu, lo que le obliga a otros a odiar, aquello que nos dio Jesús, con su abrazo de la PAZ.
Paz y perdón nos dio en aquel abrazo, que no queremos recordar, por egoístas conveniencias, que no queremos por igual.
Vuelvo mi vista atrás, perdiendo el barco que se va, esperando que su granito, contribuya por la paz, al unirse con esos pueblos, en lazos de hermandad.
Bellos lazos que nos unan, en una gran comunidad, olvidando las luchas, odios y rencores, poniendo un poco de voluntad.
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