CAMINOS DE LAS FUENTES

RUTAS PARA CONOCER LAS VIEJAS FUENTES DEL TÉRMINO DE TORO

 

 

ESTRUCTURA Y PARTES DE UNA FUENTE

Según el tipo de fuente su estructura, su complejidad y sus elementos constitutivos serán distintos. Dejando a un lado los manantiales naturales, sin labor humana determinante y atendiendo a la definición más simple de fuente ("manantial adecuado por el hombre para su uso") nos centraremos fundamentalmente en aquellas que tienen un alzado arquitectónico de protección y -cuando la fuente es de más reducido caudal- de almacenamiento de aguas, lo que recibe el nombre de arca. Describiremos pues, en esencia, las fuentes de arca, que configuran la inmensa mayoría de las que existen en el término de Toro.

1. Cuenca de alimentación: Es el espacio de terreno que recoge y filtra el agua de lluvia que acabará fluyendo, por la inclinación de la capa impermeable, hacia un acuífero o venero. La capa superior de las zonas más ricas en manantiales está formada. por tierras porosas que reciben el agua; cuando la tierra es poco porosa, como ocurre en la zona Norte, la filtración es menor y en vez de calar se mantiene en superficie. Se produce pues una infiltración que va empapando el suelo, la capa freática, hasta la lámina inferior del freático, formada por roca impermeable. En Toro, el material impermeable que cierra el freático está constituido generalmente por arcillas o margas muy densas, que retienen esa agua sin permitir que se filtre más abajo (crea bodega dicen los campesinos). A veces una fuente rica en agua deja de manar repentinamente porque se ha abierto un pozo en un lugar relativamente próximo, o bien porque se han realizado obras de extracción de gravas, de nivelación o de caminos, incluso a muchos metros por encima de la fuente. Esto se explica porque han arrasado esa cuenca de alimentación y han roto la capa freática haciendo que las aguas se filtren hacia estratos inferiores.

2, El acuífero: es la formación geológica que tiene el suficiente material permeable saturado, la suficiente capa freática como ngra proporcionar una cantidad significativa de agua a los manantiales que la drenan. Ya hemos dicho que en las campiñas del Sur son más abundantes los acuíferos por el tipo de rocas altamente permeables (arenas, gravas, areniscas. calizas), sedimentarias, que constituyen el suelo en su primer nivel' En cambio, en la zona del Norte, son menos frecuentes porque las tierras, más arcillosas y fuertes, no son propicias para la formación de acuíferos por su escasa permeabilidad, son buenas tierras confinantes pero no filtrantes.

3. El hontanar: Se trata básicamente de Ia galería subterránea que se realiza, especialmente en los acuíferos no demasiado ricos, como suelen ser Ios del término, para captar las aguas del freático a lo largo de varios metros. Estos túneles de drenaje no suelen ser excesivamente largos, pero a veces alcanzan más de treinta metros. Actualmente, la mayor amenaza de los hontanares consiste en que estas galerías de drenaje, normalmente muy superficiales, resultan rotas o hundidas con facilidad por los nuevos aperos de labranza, capacitados para realizar labores de profundidad (desfondadores o subsoladores y grandes vertederas), ya que con frecuencia se labra casi sobre las propias fuentes o a muy poca distancia de las mismas. Por otra parte, esas labores de profundidad también rompen las capas impermeables, con lo que el freático se fracciona y desaparece el humedal, que se cuela hacia estadios más profundos. Ese descenso del freático implica la sequía de la fuente que en estos casos resulta casi siempre irreversible.

4. El caño de recepción: es el que comunica el túnel o túneles de drenaje –los hontanares en sentido estricto- con el arca. Lo más frecuente es que sea un simple caño metálico (en varias fuentes se emplea el buje de un carro) o de cerámica; otras veces es una simple abertura o separación de los sillares o ladrillos, y otras no es uno sino varios los caños que vierten hacia el arca (uno por cada túnel de drenaje, como ocurre por ejemplo en la fuente de Las Brozas). Es frecuente que antes del vertido (justo por detrás de la pared del fondo del arca) exista una pequeña arqueta de recogida, o una ampliación del hontanar; en esa zona es donde se pone más cuidado para que no se obstruya o no se viertan al arca aguas con arrastres sólidos, por eso se coloca el caño un poco por encima del suelo del hontanar o se acumula una mayor cantidad de canto rodado como filtro.

 

5. El arca: es la parte esencial de las fuentes, especialmente en manantiales de limitado caudal, como los que tenemos en el término; es decir, aquellos que no pueden mantener el derroche de un caño permanente que fluye abundante y sin estiajes, como suele ocurrir en las fuentes de montaña. Por eso, se hace necesaria la existencia de un lugar de almacenamiento, y eso es el arca, la alcancía donde se guarda y protege el agua que mana en pequeñas cantidades de forma constante, o bien que mana en unas épocas y se debilita o desaparece en otras.

, Las arcas son el núcleo, el sagrado o "sancta sanctorum" del templo de vida que es la fuente. Ese almacén debe estar muy bien construido de forma que mantenga limpio y fresco su tesoro de agua, fuera del alcance del polvo y de los animales, accesible sólo a las personas. Por ello se cubre con un alzado arquitectónico consistente y muchas veces de notable belleza (en piedra o ladrillo, o con ambos materiales combinados). El frontal, la parte más visible, tiende a decorarse con una especial disposición de hiladas para darle cierta prestancia o gracia artística que demuestre la alta función protectora que cumple. La cubierta utilizada es, con frecuencia, como en los grandes templos, abovedada (casi siempre de medio cañón) y de compleja estructura, con una mezcla de funcionalidad y de pretensión técnica, incluso artística; en las cubiertas adinteladas, sin duda más sencillas, suele prevalecer el valor funcional sobre Ia elegancia, aunque las hay también muy hermosas.

Estas arcas son casi siempre rectangulares o cuadradas, muy raramente encontramos otros modelos, como la circular de la fuente de Valdemantas -en los pagos de Valdefinjas- que supone casi una excepción. Las paredes de agua. lo que se llama obra viva, suelen ser de mampostería, aun cuando la fuente sea completamente de ladrillo, pues la piedra es material más resistente al desgaste que implica la humedad del agua- No obstante, también existen arcas enteramente de ladrillo, aunque éste debÍa estar bien forrado de mortero de cal para protegerlo de la erosión.

Otra parte esencial del arca es la boca, que permite el acceso a sus aguas y el contacto con la luz. Unas veces es completamente abierta, dejando al exterior una oquedad tan amplia como la propia cavidad del arca; en otros casos es menor que Ia amplitud del arca, dejando sólo un pequeño espacio de luz y acceso. En el primer caso suelen ser más elegantes y, obviamente, más luminosas, permitiéndonos apreciar todo su interior y facilitando el acceso al agua; en el segundo caso predomina el afán de conservar la pureza del líquido, evitando los rayos solares que la recalienten o el acceso de animales que la ensucien. Las bocas rematan unas veces en hermosos arcos con refuerzo, incluso con disposición de materiales con pretensiones artísticas, o bien adoptan formas cuadrangulares más sencillas. En la base de la boca existe casi siempre un brocal o zócalo más elevado que eviia la suciedad o dificulta el
acceso a los animales; en otros casos no es preciso, pues la abertura está situada a notable altura del frontal. También existen casos en que la boca no se sitúa en el frontal sino en un lateral, generalmente cuando vierte hacia el costado sobre el que se sitúa el pilón.

Cuando la fuente tenía un importante uso humano (como en la de Valdelbuey, el Caño de Vatdefinjas, Valtongar, etc.) y el agua del arca estaba bastante más abajo del nivel del suelo, tiene una escalinata de piedra que facilita a las personas el acceso al fondo, aunque en algún caso esa escalinata es hacia arriba, aislando el acceso de las personas y el de los animales en una separación de niveles entre el arca y el pilón, como ocurre en la fuente de Los Pilones de Valderramiro. También existe, especialmente en las arcas amplias en las que el agua no está demasiado baja como para precisar de escalera, un punto de apoyo o descansadero, en una esquina del arca, formado por una gran piedra de apoyo para acceder al agua desde dentro más cómodamente.

Por último, excavado en el fondo del arca de muchas fuentes, generalmente junto al brocal, existe un pequeño hoyo cuya finalidad estaba ligada a la esporádica limpieza a que se sometía el arca. Tras vaciar todo el líquido, se rallaba el fondo y las paredes, de forma que la basura o las aguas sucias de la limpieza se arrastraban hacia esa pequeña depresión del fondo, donde se acumulaban, desde allí resultaba más sencitlo recoger el barro o el agua facilitando su extracción del arca-

6. El pilón o abrevadero: es otro elemento que no suele faltar en una fuente rural, ya que su fin primordial era el servicio del ganado, bien de labor (pilón corto, relativamente ancho, cercano o inmediato al arca y casi siempre a cierto nivel del suelo), o bien de grandes rebaños (pilón largo y estrecho, generalmente algo separado del arca, a nivel del suelo o muy poco elevado). Con frecuencia ambos tipos de abrevaderos estaban situados contiguos; el excedente del pilón de ganado de labor evacuaba en el de las ovejas, pero siempre diferenciados, pues los labradores tenían prevención a compartirlo co¡ el ganado de los pastores y exigían bebederos distintos.

Los pilones más antiguos suelen ser de piedra, en algunos casos de una sola pieza de granito y de extraordinaria labor (los de las fuentes de Jacinto, de Los Sevíllanos, de La Calajandrina, etc.); aunque lo más frecuente es gue estén construidos con largos sillares grapados con rejería, perfectamente ensamblados. Si los abrevaderos eran de ladrillo, estaban forrados de argamasa de cal, y los más recientes con cemento. Cuando el pilón era corrido bajo el corte de la ladera, o bajo un cembo propenso al derrumbe o a los arrastres, llevaba un muro protector, de piedra o de ladrillo, generalmente más alto que el terreno que sujetaba, y de notable robusiez para aguantar el empuje y las escorrentías.

7' El arca y el abrevadero estaban comunicados por er caño de vertido -especialmente cuando estaban contiguos- o bien por una canaleta de vertido, que discurría superficial excavada en la piedra, como ocurre en la fuente de Jacinto o en La Calajandrina; pero lo más frecuente es que fuese un conducto subterráneo. La longitud y complejidad de estos caños depende de la inmediatez o lejanía de los pilones al arca.

8. El vestíbulo: o zaguán de la fuente está formado por una pequeña explanada que se abre ante el arca y ante er abrevadero, o ante ambos, cuando se encuentran separados. Su finalidad era facilitar el acceso al ganado. Solía protegerse el suelo de los mismos con un empedrado o enchinarrado para evitar que las patas del ganado levantasen polvo y que se produjesen barrizales.